El lugar de nacimiento de tres religiones alberga infinidad de sitios para descubrir
Viajar a Tierra Santa significa adentrarse a un mundo lleno de historia. Es alcanzar una imagen más real de cómo sucedieron los acontecimientos bíblicos, y darle cabida a la fe. Es conocer gente fascinante, religiones y costumbres del medio oriente que cambiarán tu visión del mundo.
Se le llama Tierra Santa al territorio geográfico donde se desarrollaron todas las escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento. En su mayoría, éstas ocurrieron en lo que hoy es el estado de Israel y en los territorios de Palestina, y son de gran importancia para la historia de cristianos, judíos y musulmanes.
Para dar inicio a tu plan de viaje, cerciórate si necesitas visa de turista en la embajada de Israel, ya que es un requisito fundamental para varias nacionalidades. El aeropuerto de destino será el Ben Gurion, ubicado muy cerca de Tel Aviv, la ciudad moderna del país. Al llegar, ármate de paciencia ya que la seguridad en migración es bastante minuciosa.
Jerusalén, una ciudad única
Jerusalén es una las ciudades más interesantes del mundo. Judíos, cristianos y musulmanes la consideran santa debido a sus cinco mil años de historias. La capital de Israel tiene infinidad de lugares que visitar, así que dependiendo de tu religión e interés particular, tendrás que delimitar un itinerario.
Subir hasta la cima del Monte de los Olivos resulta un buen inicio. Las vistas hacia la Ciudad Vieja y al Monte del Templo son espectaculares. El Monte de los Olivos también alberga un cementerio judío con más de 300 años de antigüedad.
La entrada más conocida hacia la ciudad antigua es la Puerta de Jaffa, desde donde podrás caminar hacia los bazares del Barrio Cristiano y el Barrio Musulmán, entrar al Barrio Armenio y al Barrio Judío. En este último queda el Muro de los Lamentos, uno de los sitios más sagrados del judaísmo.
Este muro es un remanente del Templo de Jerusalén, luego de su destrucción por los romanos. Los judíos oran frente a éste al considerarlo el lugar –accesible- más sagrado de la tierra, pues no tienen permitido entrar a la Explanada de las Mezquitas, que sería el lugar más sagrado de todos.
En la Explanada de las Mezquitas queda la Cúpula de la Roca, un monumento islámico que resguarda la roca desde donde, según los musulmanes, Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios. Para los judíos, en dicha roca fue donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo, además allí fue erigido el Santo Santuario, la parte más sagrada del templo de Jerusalén posteriormente destruido.
Antes de visitar el muro, escribe en un papel tus deseos. Es una tradición (no sólo para los judíos) dejar las suplicas en las rendijas del muro y orar frente a éste. Sin lugar a dudas, es un espacio de mucha espiritualidad.
Para los cristianos, Jerusalén también es una ciudad llena de lugares históricos. En la ciudad antigua podrás recorrer las Estaciones de la Cruz a través de la Vía Dolorosa, y visitar la Iglesia del Santo Sepulcro, bajo la custodia de los greco-ortodoxos, los católicos romanos y los armenios.
En esta iglesia se ubica el punto exacto donde -según los Evangelios- se produjo la crucifixión, enterramiento y Resurrección de Cristo. Además los creyentes tienen la oportunidad de observar una roca donde se dice quedan restos de la sangre de Jesús, y orar frente a una tablilla de madera que era parte de su tumba.
Del Mar Muerto a Belén
Muy cerca de Jerusalén queda el desierto de Judea, y al final de éste está el Mar Muerto, ubicado en el lugar más bajo del mundo a 421 metros bajo el nivel del mar. Su agua es única, llena de minerales y sal, por ende es tan fácil flotar. Además, su barro tiene propiedades cosméticas comprobadas.
En la vía hacia los balnearios del Mar Muerto podrás visualizar el muro que separa a los territorios palestinos del Estado de Israel. Esta polémica barrera ha generado importantes críticas contra el gobierno israelí, por parte de varios organismos pro derechos humanos.
De hecho, si visitas la ciudad de Belén, tendrás que cruzar dicho muro, ya que la ciudad donde nació Jesús está ubicada dentro del West Bank, en Palestina. Si eres turista, no tendrás problema en la “frontera”, sólo recuerda llevar tu pasaporte y reservar con tiempo un tour que te facilite la movilización.
En Belén deberás ir a la Plaza del Pesebre, donde se encuentra una de las iglesias más antiguas del mundo, la Iglesia de la Natividad. Debajo de esta iglesia está la gruta y ubicación exacta del nacimiento de Jesús. La edificación está bajo la administración de la iglesia griega ortodoxa, los armenios y los católicos.
En la zona se ubica también la iglesia de Santa Catalina, y la Gruta de la Leche, donde María amamantó a Jesús como un recién nacido. Además podrás visitar los campos del pastor, donde se dice que el ángel avisó a los pastores el nacimiento de Jesús.
De Nazaret al Mar de Galilea
Al norte de Israel queda otra ciudad de vital importancia para el cristianismo: Nazaret. Allí podrá visitar la Iglesia de la Anunciación, donde el arcángel Gabriel le anunció a María que se convertiría en la madre de Jesús. La iglesia guarda en su interior la gruta exacta y una hermosa iglesia en la parte de arriba, con pinturas de vírgenes de distintos países.
Muy cerca está la Iglesia de San José, el sitio de residencia de la Sagrada Familia y el taller de carpintería de José. Luego dejando Nazaret, en un trayecto de unos 20 minutos en dirección hacia el Monte de las Bienaventuranzas, podrás hacer parte del recorrido que Jesús hizo al abandonar Nazaret.
Una visita indispensable es Tabgha, donde queda la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces. Bordeando el Mar de Galilea, se llega a otro lugar muy importante: Capernaum, conocido como la Ciudad de Cristo. Allí podrás entrar a la Iglesia de San Pedro y ver desde arriba la habitación donde vivió Jesús, en la casa de la suegra de Pedro. Al lado quedan los restos de una antigua sinagoga, la cual alberga simbolismos muy interesantes para la religión judía.
Posteriormente podrás dirigirte hacia el lugar del bautismo en el río Jordán, conocido como el Yardenit, donde se puede participar en un servicio bautismal. En la vía verás el famoso monte Tabor, lugar de la Transfiguración de Jesús, y disfrutar de hermosas vistas de la zona norte de Israel.
Consejos útiles
Reserva un multi-tour o day-tour. La información que te darán será muy valiosa.
En Jerusalén, hospédate en el centro de la ciudad, cerca de la calle peatonal Ben Yehuda, con mucha vida nocturna, restaurantes y tiendas.
En la noche, visite Mamilla, un centro comercial al aire libre con buena vida y muchos lugares para comer.
Prueba la comida local. En general, optarás por famosos platillos del medio oriente como faláfel, humus y shawarma.
En Israel la mayoría de la población habla inglés. Sin embargo, lleva siempre contigo la dirección del hotel en hebreo.
Si no eres judío, evita pasar un viernes en la tarde-noche en Jerusalén. Casi todo estará cerrado por Shabat.
Visita Tel Aviv, a una hora de Jerusalén. Su playa es muy concurrida, con muchos restaurantes y cafés. Ve al Museo Yad Vashem, dedicado a la historia del Holocausto y al casco antiguo de Jaffa, considerado el puerto más antiguo del mundo.
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